miércoles, septiembre 27, 2006

PRINCIPIO Y FINAL

Todo empezó un día de invierno. Hacía frío y decidimos no salir. Un capricho de él y una negativa de ella. Así empezó su final como pareja. A día de hoy ya no son nada, sólo dos personas cada vez más diferentes y que cada día se soportan menos. Es una pena, pero de estar pensando en compartir toda su vida a no tener nada en común ha habido un paso. O tal vez ha sido algo más bien progresivo que ha pasado sin que nadie se diera cuenta, ni siquiera ellos mismos ni los que estamos a su alrededor.

Él ya no puede más y ella hace mucho tiempo que no está bien, pero, ¿por qué siguen juntos? Es algo que me pregunto desde hace meses y todavía no he encontrado la respuesta.

¿Costumbre? No creo, nadie se puede acostumbrar a vivir así, peleando por todo y día tras día. ¿Desamor? Posiblemente, pero creo que todavía queda algo entre ellos, porque de vez en cuando se les escapa una mirada cómplice, un beso o una caricia. Cada vez menos, pero supongo que en su situación es normal que las muestras de cariño vayan mermando.

Para nosotros es una situación difícil, porque no sabes nunca qué decir. Cuando ella me dice que le quiere todavía, pero que lo único que le queda por hacer es coger la maleta y largarse… ¿qué le digo, que la coja y se vaya de una vez? Seguramente es lo que yo haría en su situación, pero es que nunca sabes cómo vas a reaccionar ante una cosa así. Y supongo que egoístamente no le quiero dar ningún consejo por miedo a cagarla. No quiero ser de ninguna manera responsable de su infelicidad.

Él dice que ya no aguanta más, que está muy agobiado, que ella le hace la vida imposible, pero no la deja por miedo a la soledad. Hay hombres a los que les pasa eso, que no saben estar solos y más después de casi diez años de relación y tres de convivencia. Tienen fecha para casarse el año que viene en octubre, pero no creo que eso llegue.

Es horrible ver como dos personas a las que quieres se están haciendo daño, y más cuando les has visto quererse como les he visto yo a ellos.

jueves, septiembre 21, 2006

DIVERSIDAD

Cuando llega esta época del año me parto de risa por la calle, porque cada uno va como quiere y, evidentemente, hay de todo. Veo gente de tirantes, con faldas cortas, pantalones cortos, sandalias, gente con una manguita, con zapatos cerrados, pantalón largo y gente lleva botas y chaqueta de lana larga.

La verdad es que me encanta. Yo siempre digo que si hiciera una foto y se la enseñara a alguien, no sabría decirme en qué época del año se ha hecho. O sí, porque cada año pasa lo mismo.

miércoles, septiembre 20, 2006

CARNÉ POR PUNTOS

Tengo carné de conducir desde los 18, y aunque eso así a secas no signifique mucho, añadiré que he rulado bastante. Sobretodo he circulado mucho por Barcelona ciudad, prueba de fuego para muchos conductores. Supongo que nunca me ha dado miedo el coche, aunque sí la velocidad, y aunque me han dado algún que otro golpe y yo que me estampé solita contra una pared, no se lo he cogido.

A los que realmente les tengo miedo cuando conduzco es a los peatones. Mis trayectos siguen siendo habitualmente urbanos, aunque ya no voy tanto por Barcelona, y cada día me cruzo con un chorro de personas que van andando por la calle. El caso es que hay un número bastante elevado de peatones que me sacan de mis casillas.

En primer lugar tenemos a la mujer (de edad variada) que va con su niño (hermano, nieto, sobrino…) en el carrito y empieza a cruzar la calle y cuando ya tiene el carrito bien en medio entonces mira si viene alguien. Sí, siempre cuento con que los peatones tienen preferencia en el paso de cebra, pero… ¡¡¡señora, que el día menos pensado se encuentra usted con un Fitipaldi y se lleva a su hijo por delante!!!

Luego están los ancianos que no tienen otra cosa que hacer y se creen que son urbanos. Son un amor, porque ellos lo hacen con toda su buena intención. Pero te da una rabia cuando ya te has parado para que pase y te hace el gesto con la mano de que pases tú… es que no lo aguanto.

Luego está el que va despistado y no mira, que piensas lo mismo que con la señora del carrito… y dentro de este grupo está el que sale corriendo. A ver, normalmente vas con precaución, levantas un poco el pie del acelerador y miras si viene alguien, y si no viene nadie tiras. Con lo que no puedes contar es con el peatón que viene corriendo cuando tú ya estás confiado. A estos es facilísimo que algún día alguien se los lleve por delante.

Pero el que más odio, es el que, cuando ya te has parado, te hace un gesto como diciendo: “¡Eh, tú, para que tengo preferencia!” Que te dan ganas de salir del coche y decirle: “¡Oye, tú, que me he parado, o es que no tienes ojos en la cara! Pero la verdad es que no merece la pena.

Lo mejor de todo es que un día por poco me multan por no dejar pasar a una mujer que venía cruzando desde el quinto pino, vamos, que me daba tiempo de pasar tres veces. ¡¡¡A mí, que soy una de las personas más cívicas que pisa la Tierra!!!

Yo creo que hacen bien en los colegios dando clases de educación vial, para que de ahora en adelante todos sepan esas pequeñas cosillas que se deben saber, pero de todas maneras yo propongo que les quiten puntos de algún carné a los peatones, aunque sea el del videoclub.

viernes, septiembre 15, 2006

FELIZ CUMPLEAÑOS

Hoy cumplo 27 años. Tengo el día raro, pero todo el mundo se acuerda de mí y eso me gusta mucho.

miércoles, septiembre 13, 2006

GIRO

Hoy voy a cambiar totalmente de registro. Normalmente os hablo de mi vida, porque esto es una especie de diario público que escribo, a pesar de que nadie sabe que escribo este blog. A veces me habéis dicho frases como: “si tu niño lee tu blog, estará encantado” o cosas así. Pues no, no lo lee ni él ni mis amigos ni mi familia. Sólo yo sé que publico mi vida. Y mi vida últimamente se está convirtiendo en un ir y venir de problemas y de cosas que bajo mi punto de vista ya aburre. Así que voy a dar un giro de 180º y dar un poco de alegría a este mi blog y voy a dar las mismas opiniones de siempre pero desde un punto de vista diferente. A ver cómo me sale.

Y como inauguración a esta nueva fase, voy a hablar de algo que todos vemos: la televisión. Yo estoy harta de la tele. Ya ni la veo porque me aburre. A excepción de unos pocos y selectos programas a los que soy adicta perdida.

Si llegas un poco pronto (en fin, nunca es pronto, pero bueno, es un decir) y pones la tele… la apagas directamente. Cuando era pequeña y llegaba del colegio lo primero que hacía era ponerme a ver los dibujos, pero ahora si quieres dibujos los tienes que pagar, porque pones cualquier cadena y solo hay cotilleos. Pero, ¿esta gente qué se piensa? Yo ya tengo bastante con mi vida como para llevar la de los demás. A ver qué narices me importa a mí que la mujer de Jesulín de Ubrique esté embarazada. Lo que sí me importa es que ha estafado a la seguridad social y la tía sigue en la calle. ¡Eso sí que es noticia y además gravísima! O el Julián Muñóz, que la Pantoja no va a verle a la cárcel. ¿Es que ya no se acuerda nadie de los millones y billones y trillones que habrá robado el tío este? Pues no, la noticia no es esa, la noticia es que su novia no le va a ver. ¡¡¡Pues que no vaya!!! La cuestión es que siempre te acabas tragando alguno de estos programas porque no hay otra cosa que valga la pena, aunque realmente no le prestes mucha atención.

El otro día me dijo mi padre (el hombre se ha jubilado y se aburre muuuuuucho) que había salido en el tomate que habían volado en helicóptero por encima de las casas de algunos famosos. Esto ya me parece el colmo. Como no pueden sacar nada por tierra, lo hacen por aire. Yo creo que roza lo enfermizo.

A mí me gustan los programas, las series o las películas que me hagan reír. Por ejemplo, Gran Hermano (no me abucheéis, por favor). Sé que hay mucha gente a quien no le gusta, pero a mí me encanta. ¡Hay que ver hasta dónde es capaz de llegar una persona por conseguir la fama! Y luego, cuando ya la han conseguido se quejan de que no les dejan en paz. Pero esta última parte es la que no me gusta. Lo que hacen después de salir de la casa es de lo más aburrido. Sólo saben pelearse en la tele para ganar dinero.

Pero mientras están dentro… es increíble. Me encanta ver las reacciones que tienen ante las situaciones con las que te pueden encontrar muy fácilmente fuera, pero que allí por lo visto se exageran hasta el límite y a veces más allá. Pura y dura convivencia, como diría la Milá, pero si tenemos en cuenta que son personas que no se conocen de nada… yo lo encuentro fascinante.

Ahora, por ejemplo, se les ha acabado la comida (lo acabo de leer por internet) y resulta que hay uno que dice que quiere comer como un señor… a ver chaval, que de donde no hay no se puede sacar!!! Este que se hace llamar señor es el que entró con una pajarita rosa, jejejejejejejejeje, cuando lo ví no podía parar de reírme!!!

Creo que este tipo de programas nos gustan porque nos vemos a nosotros mismos, nos imaginamos la reacción que tendríamos nosotros si nos viésemos en esas situaciones y muchas veces les gritamos (como si realmente nos pudieran oir): “Pero dile esto” o “Dale un par de galletas (o yoyas, como queráis)”. Creo que en el fondo disfrutamos, porque no dejan de ser personas como nosotros, humanas como nosotros y con sus fallos como nosotros.

Bueno, creo que no me ha salido tan mal.

martes, septiembre 12, 2006

AL VACÍO

Hay cosas que no cambian, entre ellas mi optimismo. Menos mal, porque esta mañana he tenido un bajón (de ánimo). Sí, he caído al abismo por un momento. No encontraba salidas, todo se ha puesto negro, incluso el cielo, que se ha quejado con fuerza y ha llorado conmigo. Sí, yo, la que siempre tiene buenas palabras, la que siempre encuentra una solución, la que se toma las cosas con calma, hoy ha caído.
Tengo suerte de levantarme casi con la misma fuerza con la que caigo, pero a veces me faltan esas fuerzas, a veces siento que de verdad hay cosas que me superan. Eso no es nada raro, soy humana, pero creo que a veces me he de plantar delante de mis problemas y observar si realmente son míos o no. Es evidente que una parte sí, pero una vez que mi parte está solucionada, ¿merece la pena preocuparme por los problemas de los demás? Sinceramente hoy pienso que no. Como ya decía el otro día, hay cosas en las que yo no me puedo meter, cosas que yo no puedo solucionar. Entonces, ¿por qué me preocupan tanto? Me preocupo por mi niño, pero por los demás… no, ya no.
Mi psicólogo me dijo una vez que tenía tendencia a vivir en mis carnes los sentimientos de las personas que me rodean. Si los sentimientos son buenos, disfrutas el doble, pero cuando son malos o tristes, llegaba a sufrir muchísimo. Llegado ese punto, mis seres queridos llegaban a ocultarme sus cosas para que no me afectaran.
En su día conseguí que eso cambiara, y hasta esta mañana no he entendido por qué ahora me afectaban tanto los problemas de mi niño. Ahora lo he entendido.
Hace unos meses os dije que el año que viene mi niño y yo teníamos previsto tener un hijo. Pues precisamente él o ella, sin existir es el que me hace que me preocupe todo de una manera especial y es porque no quiero que vea sufrir a sus padres como yo ví sufrir a los míos. Son casos diferentes, con personas diferentes, como decía en posts anteriores, pero son las mismas consecuencias, y como yo sé lo que pasamos mis hermanos y yo, no quiero que pase lo mismo con mis hijos.
Y la solución no pasa por ignorar los problemas o hacer lo imposible por resolverlos, la solución está en nosotros mismos, en nuestra actitud, en ser capaces de mantener al margen a nuestros hijos de todo lo que no puedan entender.
Mis padres lo intentaron, pero la gente de fuera hizo todo lo posible por hacernos daño, y fue por eso que decidieron hacernos partícipes de todos los problemas familiares que tenían. Hubo muchas cosas que no entendimos, y que tardamos muchos años en entender. Yo más porque soy la pequeña. Recuerdo todos los momentos de confusión, de rabia, de tristeza y todavía me dan ganas de echarme a llorar. Es muy duro pensar que mis hijos puedan llegar a pasar por todo eso y no quiero, pero ¿realmente está en mi mano? Yo creo que no. Por lo menos no del todo y la verdad es que lo que siento en estos momentos es miedo.

jueves, septiembre 07, 2006

MI SUEÑO

Bueno, bueno, bueno. Ya está. La suerte está echada. Ahora sólo tengo que esperar para ver si mi sueño se hace realidad o no. De alguna manera he echado una solicitud para que eso ocurra, lo que pasa es que depende de muchas cosas. La verdad es que ardo en deseos de contarlo todo, pero todavía no se lo he contado a nadie, porque cuando tienes algo así entre manos, algo tan importante, tu familia, tus amigos, y a veces simples conocidos, no dejan de preguntarte: "¿Sabes algo ya?" o algo por el estilo. Es difícil hablar de esto sin decir lo que es, sobretodo porque seguramente no me vais a entender, pero cuando os lo cuente, que llegará el día, no os preocupéis, me entenderéis, seguro.
De momento sólo os puedo transmitir mi felicidad, mi alegría y mi ilusión, y todas juntas hacen que me olvide de todo lo demás, que nada tenga importancia, sólo mi sueño, que no tardará en hacerse realidad. Me siento bien, me siento libre, y es maravilloso.

miércoles, septiembre 06, 2006

HISTORIAS PARA DORMIR

Hoy estoy alucinada conmigo misma. Me he levantado con una energía… que ni yo me lo creo. Yo normalmente me pongo el despertador unos diez minutos antes para poder remolonear un rato en la cama. Claro, yo estaba acostumbrada a dormir sola, porque no tengo hermanas, tengo dos hermanos, que esos sí que eran… Son la noche y el día y claro, cuando dormían juntos saltaban chispas. Todavía me acuerdo de las broncas que liaban cuando eran pequeños. Que si uno es muy caluroso y abre la ventana, y resulta que el otro es muy friolero y se resfría… y lo que hacía uno al otro le molestaba. Mi madre se rebotaba que daba gusto, supongo que de alguna manera no quería que se pelearan por lo que cuento en el post anterior (lo de que mi padre no se habla con su hermano) y ese miedo la ha perseguido siempre. Ahora que hemos crecido todo es diferente. Nos llevamos muy bien, mis hermanos y yo somos confidentes unos de los otros, y la verdad es que es muy bonito. Yo heredé el miedo de mi madre durante algunos años, pero conforme vas conociendo a las personas y conforme fui enterándome de la historia de mi padre, entendí que no todos somos iguales, por suerte, y que siempre hay cosas, que normalmente vienen de fuera del circulo familiar, que te descolocan un poco, pero dos no se pelean si uno no quiere y siempre hay que procurar que eso no llegue a ocurrir, dialogar en vez de pelear es un buen comienzo. Hoy por hoy estoy muy orgullosa de mi familia, por como son y por todo el cariño y todo lo bueno que me han dado y que espero que sigan dándome durante muchos años, y yo a ellos, claro.

Menuda parrafada que he soltado por un despertador… En fin, la cuestión es que como yo siempre he dormido sola, nunca he molestado a la hora de levantarme, quitado de un día que vino mi hermano mayor desde la otra punta del piso a pararme el despertador que llevaba media hora sonando. El caso es que me lo regalaron cuando cumplí los 12 años (y todavía lo tengo, me ha salido buenísimo), y no estaba acostumbrada a él. Suena como una alarma de esas de “código rojo” de las películas. Y yo estaba soñando que venían los bomberos y sentía el despertador, pero en mi sueño era la sirena de los bomberos, así que no me desperté.

El caso es que yo era de esas personas que dicen “cinco minutos más”. Mi niño es todo lo contrario. Él se levanta si me apuráis hasta antes de que suene. Y claro, la mayoría de los días nos levantamos juntos, pero hay días que yo me voy antes y si me quedo cinco minutos más le despierto dos veces, cuando suena el despertador y cuando me levanto, porque encima es un poco complicado para dormir. Yo me duermo de pie, en la playa, en una silla, en el sofá… donde pillo, no tengo manías. Él tiene que estar todo a oscuras y todo en silencio y eso a veces es imposible.

Pues hoy que yo me he ido antes, ha sonado el despertador y de un brinco me he levantado. Me he aseado, me he vestido, me he tomado mi café y me he ido a trabajar. Pero con una energía que ya echaba de menos, porque con todo lo que ha pasado últimamente… no sé, estaba un poco desganada.

Y claro, viene uno con más ganas a trabajar, lo acabas todo antes y luego te aburres, porque no hay nada peor que ir a trabajar y tener que hacer ver que haces algo cuando no tienes nada que hacer. Me voy a comer.

martes, septiembre 05, 2006

PARA QUÉ TE VAS A PREOCUPAR?

Últimamente en mi vida son todo problemas. El título de mi blog hace referencia a lo bueno de mi vida, pero también a lo malo. Me explico: lo que quiero decir es que mi vida tiene muchas cosas buenas, pero lo más bueno de mi vida y de mi persona (sí, ya sé que no está bien que yo lo diga) es mi capacidad para tomármelo todo con buen humor, o cuanto menos con bastante filosofía. Los problemas de mi vida la han inundado, pero no me gusta compadecerme y ya está. No, los problemas no se resuelven solos… o sí.
Una vez salió en la tele una señora a la que muchos de vosotros conoceréis y otro nos. Es Paz Padilla. Esta chica a veces tiene gracia y a veces no, pero un día dijo una frase que me gustó mucho. Dijo que su padre siempre decía que si un problema tiene solución, ¿para qué te vas a preocupar? Y si no la tiene… pues ¿para qué te vas a preocupar?
Esta frase, que a simple vista puede parecer una tontería, para mí tuvo mucho sentido, porque es verdad, si hay algo que puedes solucionar, hazlo, pero si no, pues no hagas nada, que a lo mejor acaba por solucionarse solo.
Pues en eso estoy yo, esperando a que las cosas se solucionen solas, porque yo no puedo hacer absolutamente nada. La verdad es que sí estoy preocupada por los problemas familiares de mi niño, pero es que yo no puedo hacer nada, porque si me meto sólo voy a liar más las cosas. Me siento muy mal con todo esto, sobretodo porque a mi padre ya le pasó algo parecido y no es agradable volver a vivir otra vez la misma historia. Me queda el consuelo de que son personas diferentes, que piensan diferente, y por eso espero que no acabe todo como el Rosario de la Aurora, como fue el caso de mi padre. Porque cuando tienes una discusión con alguien de tu familia, aunque no sea por culpa tuya, y aunque sepas que tienes razón, sufres mucho. Mi padre no se habla con su hermano, y por eso ha sufrido mucho, sufre todavía y sufrirá toda su vida, porque eso ya no tiene arreglo.
Pero, ¿sabéis una cosa? Ya no me preocupa casi nada, porque tengo algo entre manos, algo que todavía no os puedo contar, pero que ocupa casi toda mi cabeza. Espero poder contároslo pronto, pero por ahora sólo os puedo adelantar que es algo muy muy importante, que cambiará mi vida por completo. Mi sueño hecho realidad.
Así que voy a seguir así, optimista, soñadora, no sé, alegre como yo soy porque con esa actitud se consiguen muchas más cosas, os lo aseguro.