martes, septiembre 12, 2006

AL VACÍO

Hay cosas que no cambian, entre ellas mi optimismo. Menos mal, porque esta mañana he tenido un bajón (de ánimo). Sí, he caído al abismo por un momento. No encontraba salidas, todo se ha puesto negro, incluso el cielo, que se ha quejado con fuerza y ha llorado conmigo. Sí, yo, la que siempre tiene buenas palabras, la que siempre encuentra una solución, la que se toma las cosas con calma, hoy ha caído.
Tengo suerte de levantarme casi con la misma fuerza con la que caigo, pero a veces me faltan esas fuerzas, a veces siento que de verdad hay cosas que me superan. Eso no es nada raro, soy humana, pero creo que a veces me he de plantar delante de mis problemas y observar si realmente son míos o no. Es evidente que una parte sí, pero una vez que mi parte está solucionada, ¿merece la pena preocuparme por los problemas de los demás? Sinceramente hoy pienso que no. Como ya decía el otro día, hay cosas en las que yo no me puedo meter, cosas que yo no puedo solucionar. Entonces, ¿por qué me preocupan tanto? Me preocupo por mi niño, pero por los demás… no, ya no.
Mi psicólogo me dijo una vez que tenía tendencia a vivir en mis carnes los sentimientos de las personas que me rodean. Si los sentimientos son buenos, disfrutas el doble, pero cuando son malos o tristes, llegaba a sufrir muchísimo. Llegado ese punto, mis seres queridos llegaban a ocultarme sus cosas para que no me afectaran.
En su día conseguí que eso cambiara, y hasta esta mañana no he entendido por qué ahora me afectaban tanto los problemas de mi niño. Ahora lo he entendido.
Hace unos meses os dije que el año que viene mi niño y yo teníamos previsto tener un hijo. Pues precisamente él o ella, sin existir es el que me hace que me preocupe todo de una manera especial y es porque no quiero que vea sufrir a sus padres como yo ví sufrir a los míos. Son casos diferentes, con personas diferentes, como decía en posts anteriores, pero son las mismas consecuencias, y como yo sé lo que pasamos mis hermanos y yo, no quiero que pase lo mismo con mis hijos.
Y la solución no pasa por ignorar los problemas o hacer lo imposible por resolverlos, la solución está en nosotros mismos, en nuestra actitud, en ser capaces de mantener al margen a nuestros hijos de todo lo que no puedan entender.
Mis padres lo intentaron, pero la gente de fuera hizo todo lo posible por hacernos daño, y fue por eso que decidieron hacernos partícipes de todos los problemas familiares que tenían. Hubo muchas cosas que no entendimos, y que tardamos muchos años en entender. Yo más porque soy la pequeña. Recuerdo todos los momentos de confusión, de rabia, de tristeza y todavía me dan ganas de echarme a llorar. Es muy duro pensar que mis hijos puedan llegar a pasar por todo eso y no quiero, pero ¿realmente está en mi mano? Yo creo que no. Por lo menos no del todo y la verdad es que lo que siento en estos momentos es miedo.

1 Comments:

Blogger Pep ... però posa-li Angu, també said...

Senzillament, m'ha entendrit molt això que has posat ... la gent és una metomentodo i idiota a més no poder. Ànims, ja veuràs com la història no es repetirà!!!

Petonets

13/9/06 09:07  

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