miércoles, septiembre 20, 2006

CARNÉ POR PUNTOS

Tengo carné de conducir desde los 18, y aunque eso así a secas no signifique mucho, añadiré que he rulado bastante. Sobretodo he circulado mucho por Barcelona ciudad, prueba de fuego para muchos conductores. Supongo que nunca me ha dado miedo el coche, aunque sí la velocidad, y aunque me han dado algún que otro golpe y yo que me estampé solita contra una pared, no se lo he cogido.

A los que realmente les tengo miedo cuando conduzco es a los peatones. Mis trayectos siguen siendo habitualmente urbanos, aunque ya no voy tanto por Barcelona, y cada día me cruzo con un chorro de personas que van andando por la calle. El caso es que hay un número bastante elevado de peatones que me sacan de mis casillas.

En primer lugar tenemos a la mujer (de edad variada) que va con su niño (hermano, nieto, sobrino…) en el carrito y empieza a cruzar la calle y cuando ya tiene el carrito bien en medio entonces mira si viene alguien. Sí, siempre cuento con que los peatones tienen preferencia en el paso de cebra, pero… ¡¡¡señora, que el día menos pensado se encuentra usted con un Fitipaldi y se lleva a su hijo por delante!!!

Luego están los ancianos que no tienen otra cosa que hacer y se creen que son urbanos. Son un amor, porque ellos lo hacen con toda su buena intención. Pero te da una rabia cuando ya te has parado para que pase y te hace el gesto con la mano de que pases tú… es que no lo aguanto.

Luego está el que va despistado y no mira, que piensas lo mismo que con la señora del carrito… y dentro de este grupo está el que sale corriendo. A ver, normalmente vas con precaución, levantas un poco el pie del acelerador y miras si viene alguien, y si no viene nadie tiras. Con lo que no puedes contar es con el peatón que viene corriendo cuando tú ya estás confiado. A estos es facilísimo que algún día alguien se los lleve por delante.

Pero el que más odio, es el que, cuando ya te has parado, te hace un gesto como diciendo: “¡Eh, tú, para que tengo preferencia!” Que te dan ganas de salir del coche y decirle: “¡Oye, tú, que me he parado, o es que no tienes ojos en la cara! Pero la verdad es que no merece la pena.

Lo mejor de todo es que un día por poco me multan por no dejar pasar a una mujer que venía cruzando desde el quinto pino, vamos, que me daba tiempo de pasar tres veces. ¡¡¡A mí, que soy una de las personas más cívicas que pisa la Tierra!!!

Yo creo que hacen bien en los colegios dando clases de educación vial, para que de ahora en adelante todos sepan esas pequeñas cosillas que se deben saber, pero de todas maneras yo propongo que les quiten puntos de algún carné a los peatones, aunque sea el del videoclub.

1 Comments:

Blogger Isabel Barceló Chico said...

Bueno, bueno, olimpia, partes de la base - errónea - de suponer que todos los conductores son como tú. Pues mira, aunque el semáforo para los peatones esté verde, no cruzo hasta asegurarme que los fitipaldis (que son muchos) han parado. Y cruzo mirando, por si acaso... Comprendo tu queja, pero míralo de este modo: tu vas blindada, mientras que los peatones, por pesados o impertinentes que seamos, vamos a pelo. Hay una cuestión de confianza (caso del abuelo o de la señora con niño) y otra de desconfianza (la de quien espera a que te hayas parado o te hace algún gesto algo grosero) ¿Las dos Españas? Muy simpático tu post. Saludos cordiales.

20/9/06 23:03  

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