lunes, julio 17, 2006

VACACIONES? QUÉ SIGNIFICA ESO?

Bueno, aquí estoy otra vez. Estoy p..eada porque hoy no tendría que estar trabajando y aquí estoy. Sí, ya sé que ahora mismo no estoy trabajando mucho, pero es lunes y... qué narices, yo no tendría que estar aquí!!! Tendría que estar durmiendo, luego a las 9 más o menos me levantaría, desayunaría y me iría a la playa. Pero no, aquí estoy. Encima he venido a las 7 y no hay nadie, y todavía no ha venido nadie. Esto es el colmo, madrugo para venir y hacer todo lo que me ha quedado sin hacer y me encuentro que la única tonta que ha venido soy yo. Esto es intolerable, pero bueno, yo me iré antes y los demás se quedarán aquí. Que se aguanten, porque yo hago lo que me falta y me largo aunque sean las 12. Y tengo que venir el jueves también!!! Ay, que me voy a poner a llorar, snif snif.
Pero bueno, miraremos las cosas del lado positivo... aunque esto no lo tiene. En fin, lo único que me queda es la resignación.
En cuanto salga me voy a la playa a relajarme, que falta me hace con todo lo que estamos pasando. Y eso que no lo llevamos del todo mal, pero es todo muy raro. En fin, cambiemos de tema, que me pongo triste.
Bueno, creo que he sentido la puerta, así que me despido por hoy, vaya que encima me caiga la bronca, jejeje.

martes, julio 11, 2006

PARA TI, ESTÉS DONDE ESTÉS

No os he abandonado, aunque haya estado unos días sin dar señales de vida. He pasado unos días un poco caóticos. El martes pasado llegué a casa con la ilusión de que me habían llamado para decirme que al día siguiente llegaban unos muebles que habíamos pedido. Llegué a casa, se lo dije a mi niño, que también se puso muy contento, y sonó el teléfono. Era un compañero de trabajo de mi suegro que nos dijo que le había dado un infarto y que estaba ingresado en el hospital. Nos dijo que estaba estable y controlado. Cuando llegamos al hospital y fuimos a verlo no nos dejaron pasar. Nos metieron en un despacho y nos dijeron que estaba muy grave y que estaban haciendo todo lo que podían para salvarle. A los cinco minuto volvió la doctora y nos dijo que habían hecho todo lo que habían podido, pero... pensé en la frase que seguía: Ha fallecido. Y entonces lo dijo ella. No me lo podía creer. Nos dejaron estar con él un buen rato, y yo le miraba, le cogía la mano, le besaba y no podía ni llorar. Era como si estuviera dormido. Tenía una expresión tranquila. No me lo podía creer.
Tantas ilusiones, tantos planes, en un segundo se fueron al garete. Se hundió todo, sentí como mi alma me dolía.
Cuando íbamos camino del hospital no podía imaginar lo que iba a ocurrir. No nos dijeron la verdad porque teníamos que coger el coche, y yo pensaba en la bronca que le iba a caer porque últimamente fumaba mucho.
Él no se merecía esto, era muy joven para dejarnos así. No ha podido disfrutar de sus nietos, que tantas ganas tenía de conocer, ni de las vacaciones que teníamos planeadas, ni de su jubilación, ni de nada. Se ha ido justo ahora que iba a empezar a vivir. Qué injusta es la vida!
Os cuento todo esto porque es triste, pero cuando pasan estas cosas te das cuenta de lo que somos, de que la vida hay que vivirla todo lo bien que podamos, porque hoy estamos aquí y mañana no. Y no hay más.
Cuando vino mi padre le pedí llorando que por favor se cuidara, que me hacía mucha falta todavía, aunque sólo fuera para darme la lata. El pobre no sabía si reir o llorar por lo que le acababa de decir, pero me dijo que no me preocupara por él, que me iba a dar guerra mucho tiempo. Sé que no me lo puede prometer ni asegurar, pero sus palabras me reconfortaron un poco.
Estamos todos destrozados, pero yo siempre digo que el día que yo me muera no quiero que los míos me olviden, pero tampoco que me lloren demasiado, que disfruten la vida en mi memoria. Y eso es justamente lo que pienso hacer, disfrutar todo lo que pueda la vida, para que él disfrute también si nos puede ver desde alguna parte. Supongo que a todos nos costará una temporada, pero yo creo que lo conseguiremos.
No te podré arrancar nunca de mi corazón. Descansa en paz.

martes, julio 04, 2006

EN HONOR A KAOS

Como lo prometido es deuda, hoy voy a hablar sobre mi tío homosexual, tal como le dije a Kaos el otro día.
Mi tío no es hermano ni de mi padre ni de mi madre, es hermano de mi abuela. Tiene 67 años. Es una de esas personas que se hacen querer porque siempre te ayuda en lo que puede, siempre tiene algo bonito que decirte... no sé, como cualquier tío, no?
Yo desde pequeña he sabido que él era gay. Él nunca lo ha dicho, pero esas cosas se notan. Vivía muy cerca de mi casa así que muchas veces, los fines de semana venía y nos llevaba a mí y a mis hermanos a dar un paseo o nos invitaba a comer o nos compraba un helado, o nos cortaba el pelo, que se le da muy bien.
Trabajaba en una empresa muy famosa de Barcelona, pero cuando se jubiló se fue a vivir a su pueblo, donde también viven sus hermanos.
Él nunca ha dicho ni que fuera gay ni que no lo fuera. Pero nosotros siempre le hemos visto como nuestro tío y nada más. Ahora ha sido cuando lo ha reconocido, hace un par de años. Por aquella época yo ya estaba preparando mi boda. Cuando me senté con mis padres a preparar la lista de los invitados tuve una discusión con mi padre por ese tema. Yo le invité a mi boda porque es mi tío y le quiero mucho y he tenido mucho roce con él. Mi padre también le quiere mucho, pero él es más cabeza cuadrada. Le dije que le llamaría y le diría que si tenía pareja que se lo trajera también. Mi padre se puso... como una bestia. Me dijo que él no quería en su casa a "gente así".
Supongo que estáis alucinando. Yo también aluciné. Le dije que él siempre decía que quería mucho a su tío, pero que era un falso, que no lo quería, porque alguien que quiere de verdad a otra persona, sea un familiar o un amigo, lo acepta tal y como es. Y me dijo que tenía razón, que tenía que aceptarle con sus defectos. Ahí ya sí que flipaba. ¿Defecto? Por el amor de Dios no me podía creer lo que estaba escuchando!!!
Al final, cuando conseguí que entrara en razón, mi madre me dijo que no le dijera nada de eso a mi tío porque se iba a sentir mal. Entendí a mi madre y no le dije nada. Le invité sólo a él. Recorrió casi mil kilómetros para venir a mi boda, entró en la iglesia, vió cómo nos casábamos mi niño y yo, nos dio la enhorabuena y se fue. No quiso venir a la celebración, seguramente porque le daba vergüenza.
Él siempre ha sido una persona autosuficiente, nunca ha necesitado a nadie para hacerse sus cosas o llevar su casa... no sé, como los hombres de antes que no hacían ni el huevo. Antiguamente los hombres homosexuales (y evidentemente también las mujeres) se casaban porque pensaban que eran enfermos o algo así, que es lo que supongo que decía la gente, vamos, que estaba muy mal visto. Él nunca se pronunció sobre eso, pero tampoco se casó. Fue valiente y no hizo esa crueldad. Digo crueldad porque yo pienso que si te casas con alguien simplemente por seguir a la sociedad, no estás enamorado, y si no estás enamorado lo único que vas a conseguir es ser un infeliz tú y hacer que lo sea la persona que está a tu lado.
Él se quedó aparentemente solo. Tuvo sus parejas, pero nunca nos dijo nada hasta hace dos años. Y sé que eso para él fue muy difícil, porque no deja de ser una persona con mentalidad antigua, aunque sea un poco contradictorio.
Mi niño me pregunta cuando ha salido el tema si a mí me gustaría tener un hijo gay. Yo siempre le digo que a mí me da igual mientras sea buena persona, que respete a los demás y que se gane el respeto de ellos. No me importa si el día de mañana mi hijo trae a casa a su novio o a su novia (o mi hija, claro está), siempre y cuando se quieran y sean felices. Pero si tengo que ser sincera, la verdad es que no me gustaría, no por vergüenza ni nada de eso, no me gustaría porque todavía hoy en día ser homosexual te trae problemas, la sociedad todavía no acaba de aceptarlo y creo que lo último que quiere cualquier madre es que su hijo/a sufra. Sólo por eso.
No hay que juzgar a nadie por sus tendencias sexuales, culturales o religiosas. Somos personas todos, y nos deberíamos fijar más en lo bueno que es alguien antes de mirar si se acuesta con un hombre o con una mujer. Por suerte los tiempos van cambiando.
Al igual que Kaos, me gustaría que algún día se dejase de festejar el día del orgullo gay, porque eso significará que todos nos aceptamos como somos, que no hacemos distinciones, que no juzgamos a las personas por otra cosa que no sea por su corazón. Espero que ese día no tarde mucho en llegar.