Como lo prometido es deuda, hoy voy a hablar sobre mi tío homosexual, tal como le dije a Kaos el otro día.
Mi tío no es hermano ni de mi padre ni de mi madre, es hermano de mi abuela. Tiene 67 años. Es una de esas personas que se hacen querer porque siempre te ayuda en lo que puede, siempre tiene algo bonito que decirte... no sé, como cualquier tío, no?
Yo desde pequeña he sabido que él era gay. Él nunca lo ha dicho, pero esas cosas se notan. Vivía muy cerca de mi casa así que muchas veces, los fines de semana venía y nos llevaba a mí y a mis hermanos a dar un paseo o nos invitaba a comer o nos compraba un helado, o nos cortaba el pelo, que se le da muy bien.
Trabajaba en una empresa muy famosa de Barcelona, pero cuando se jubiló se fue a vivir a su pueblo, donde también viven sus hermanos.
Él nunca ha dicho ni que fuera gay ni que no lo fuera. Pero nosotros siempre le hemos visto como nuestro tío y nada más. Ahora ha sido cuando lo ha reconocido, hace un par de años. Por aquella época yo ya estaba preparando mi boda. Cuando me senté con mis padres a preparar la lista de los invitados tuve una discusión con mi padre por ese tema. Yo le invité a mi boda porque es mi tío y le quiero mucho y he tenido mucho roce con él. Mi padre también le quiere mucho, pero él es más cabeza cuadrada. Le dije que le llamaría y le diría que si tenía pareja que se lo trajera también. Mi padre se puso... como una bestia. Me dijo que él no quería en su casa a "gente así".
Supongo que estáis alucinando. Yo también aluciné. Le dije que él siempre decía que quería mucho a su tío, pero que era un falso, que no lo quería, porque alguien que quiere de verdad a otra persona, sea un familiar o un amigo, lo acepta tal y como es. Y me dijo que tenía razón, que tenía que aceptarle con sus defectos. Ahí ya sí que flipaba. ¿Defecto? Por el amor de Dios no me podía creer lo que estaba escuchando!!!
Al final, cuando conseguí que entrara en razón, mi madre me dijo que no le dijera nada de eso a mi tío porque se iba a sentir mal. Entendí a mi madre y no le dije nada. Le invité sólo a él. Recorrió casi mil kilómetros para venir a mi boda, entró en la iglesia, vió cómo nos casábamos mi niño y yo, nos dio la enhorabuena y se fue. No quiso venir a la celebración, seguramente porque le daba vergüenza.
Él siempre ha sido una persona autosuficiente, nunca ha necesitado a nadie para hacerse sus cosas o llevar su casa... no sé, como los hombres de antes que no hacían ni el huevo. Antiguamente los hombres homosexuales (y evidentemente también las mujeres) se casaban porque pensaban que eran enfermos o algo así, que es lo que supongo que decía la gente, vamos, que estaba muy mal visto. Él nunca se pronunció sobre eso, pero tampoco se casó. Fue valiente y no hizo esa crueldad. Digo crueldad porque yo pienso que si te casas con alguien simplemente por seguir a la sociedad, no estás enamorado, y si no estás enamorado lo único que vas a conseguir es ser un infeliz tú y hacer que lo sea la persona que está a tu lado.
Él se quedó aparentemente solo. Tuvo sus parejas, pero nunca nos dijo nada hasta hace dos años. Y sé que eso para él fue muy difícil, porque no deja de ser una persona con mentalidad antigua, aunque sea un poco contradictorio.
Mi niño me pregunta cuando ha salido el tema si a mí me gustaría tener un hijo gay. Yo siempre le digo que a mí me da igual mientras sea buena persona, que respete a los demás y que se gane el respeto de ellos. No me importa si el día de mañana mi hijo trae a casa a su novio o a su novia (o mi hija, claro está), siempre y cuando se quieran y sean felices. Pero si tengo que ser sincera, la verdad es que no me gustaría, no por vergüenza ni nada de eso, no me gustaría porque todavía hoy en día ser homosexual te trae problemas, la sociedad todavía no acaba de aceptarlo y creo que lo último que quiere cualquier madre es que su hijo/a sufra. Sólo por eso.
No hay que juzgar a nadie por sus tendencias sexuales, culturales o religiosas. Somos personas todos, y nos deberíamos fijar más en lo bueno que es alguien antes de mirar si se acuesta con un hombre o con una mujer. Por suerte los tiempos van cambiando.
Al igual que Kaos, me gustaría que algún día se dejase de festejar el día del orgullo gay, porque eso significará que todos nos aceptamos como somos, que no hacemos distinciones, que no juzgamos a las personas por otra cosa que no sea por su corazón. Espero que ese día no tarde mucho en llegar.