miércoles, marzo 07, 2007

MADRE NO HAY MÁS QUE UNA

Después del n-ésimo altibajo de mi vida, creo que vuelvo a ser yo. Tengo que cambiar esto, porque últimamente creo que soy como muy variable, y eso no me gusta. Creo que soy como una niña caprichosa que quiere algo y lo quiere ahora y no sabe esperar al momento adecuado, porque si no tengo algo ahora quizás sea porque no es el momento y punto, sin más rodeos.

El fin de semana me ha sentado bien. Aunque no hemos estado solos. Debo ser la única persona de este mundo que se traga a su suegra por encima de todo. Hay que ver cómo son algunas! El tema suegra es muy relativo, porque ser suegra significa también ser la madre de una de las partes y claro, aquí viene cuando la cosa se complica.

Mi madre es una santa. Con esto no quiero decir que mi suegra no lo sea, pero tienen caracteres muy diferentes. Mi madre es una persona con la que puedes hablar, a la que le puedes decir lo que piensas sin miedo a ningún tipo de reacción negativa o a la que puedes contradecir o corregir sin que eso suponga un enfado por su parte. Ella habla, se explica, te da su punto de vista y puedes mantener una conversación cordial, aunque no llegues a ningún puerto, lo que significa que nunca llegas a mal puerto.

Mi suegra es diferente. No soporta que la contradigas. Evidentemente, yo no me meto con ella absolutamente para nada sin que ella me lo pida. Si me pide mi opinión se la doy, y si no le gusta pues que no hubiera preguntado. Tengo mucha más paciencia con ella que su propio hijo, que choca muchísimo con ella, porque él la corrige o la contradice y ya la hemos liado.

Últimamente le ha dado por limpiar mi casa. En fin, como ví que mi niño le decía que se estuviera quieta y no lo hacía, pues se lo tuve que decir yo. Ya no viene a mi casa. Así de radical. Lo malo es que no le puedo decir mucha cosa a mi niño porque claro, es mi suegra, pero es su madre y madre no hay más que una y a mí me encontró en la calle (a decir verdad le encontró a él mi amiga Tiki y decidió que estábamos hechos el uno para el otro, pero eso es otra historia).

El otro día, hablando de este tema con otra amiga, me dijo que tenía un problema con su novio por culpa de su madre. Le dije que por encima de todo no le hablara mal de ella, porque entonces él se enfadaría muchísimo y con razón, porque hay que ponerse en el caso contrario, si mi niño me habla mal de mi madre, independientemente de que tenga razón o no, yo muerdo, me enfadaría muchísimo.

Mi suegra tiene dos hijos, pero es como si sólo tuviera uno. Así que se apoya mucho en él. Yo no me quejo, por supuesto. Hago muchas cosas por él, porque sé que si yo estuviera en su situación él haría lo mismo, y sé que en lo que a familia se refiere, sólo se tienen el uno al otro. Así que por eso transijo.

Aunque os parezca una tontería, después de ver el capítulo de anoche de “Los Serrano”, sé más que nunca que hago bien en transigir, porque muchas veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Por ley de vida ella faltará antes que nosotros (bueno, eso nunca se sabe, pero en principio ha de ser así), así que, aunque a veces he sentido ganas de mandarla lejos (y aunque no lo parezca, me llevo bien con ella) voy a seguir dejando que disfruten el uno del otro, que discutan, que se enfaden, que se reconcilien… que se quieran, porque madre no hay más que una.