viernes, noviembre 03, 2006

HAZ TU VIDA Y DEJA AL MUNDO CORRER

Son los sabios consejos de mi madre, que ahora yo doy a mi hermano. Mi hermano es mayor que yo casi tres años, pero yo he sido más madura que él y más precoz. Con esto no quiero decir que sea inmaduro, por lo menos ahora no, pero ha pasado por etapas muy diferentes.

Cuando yo empecé a salir, con dieciséis años, por las tardes nos íbamos a la discoteca y él estaba allí. Nunca baila. Se pasaba el rato observando a su novia de aquel tiempo y a mí. Sí, me vigilaba y a mí no me importaba, al contrario, me sentía orgullosa de que mi hermano se preocupara por mí.

Siempre hemos tenido mucha confianza y mucha complicidad. Yo creo que somos más que hermanos, somos los mejores amigos. Nos entendemos sólo con mirarnos y eso me encanta, me llena.

El día de mi boda lloró como un niño pequeño. Se abrazó a mí llorando a moco tendido porque me iba de casa. Yo le dije que iba a seguir yendo a comer todos los días y que nos veríamos en el trabajo (creo que ya he comentado alguna vez que trabajamos juntos), pero él decía compungido que no iba a ser lo mismo. Es un encanto.

Es una persona encantadora, amable, cariñoso (sólo conmigo), desinteresado, no sé, es maravilloso. Pero siempre ha tenido un problema: no entiende a las mujeres. Ahora empieza a entenderlas, por lo menos a la suya, que ya es bastante, y ya que está preparando su casa, está aprendiendo muchas cosas en cuanto a las relaciones con la familia se refiere, aunque esto siempre es bastante complicado.
Siempre me lo ha contado todo, pero lo que me ha contado últimamente no me ha gustado nada. Él dice que quiere a su novia, de hecho se casan el año que viene. Pero el otro día apareció de nuevo alguien a quien él quiso mucho. Ella le llamó por teléfono y le dijo que se había separado de su marido y que quería volver con él. Dio más rodeos, pero le dijo eso con un montón de palabras más. Él dice que lo tiene claro, pero se sigue escribiendo con ella, a espaldas de su novia. Eso no me gusta y se lo he dicho, pero no puedo controlar todo lo que hace ni quiero hacerlo. Sé que habla con ella, que ella debe estar insistiendo en que vuelvan a estar juntos… Y la verdad es que tengo miedo, miedo a que la cague, a que haga algo de lo que luego pueda arrepentirse. ¡Dios, a veces pienso que me comporto más como su madre que como su hermana! Lo siento, no puedo evitarlo. Sé que me preocupo demasiado, que ya es mayorcito para saber lo que tiene que hacer, pero no quiero que le haga daño a ella, porque tampoco me gustaría que nadie le hiciera daño a él. Mi cuñada es muy buena persona y le quiere mucho. Para mí hacerle daño ya no sería dejarla por otra, sería casarse con ella sin quererla. Eso les haría mucho daño a los dos. El otro día se lo expliqué y creo que me entendió y me dijo que él la quería, que por eso no me preocupara. Pero ya sabemos que las personas, a veces, somos capaces de cualquier cosa con tal de conseguir lo que queremos. Y eso me sigue preocupando bastante.

1 Comments:

Blogger Pep ... però posa-li Angu, també said...

Ostres!

Pel que expliques ... buf! buf! i buf! Si que el teu germà s'estima a la teva futura cunyada però encara té un raconet al seu cor guardat per l'altra noia. És complicadillu. S'ha de confiar en el bon fer de ton germà i que al final s'imposa més una cosa estable que no pas rememorar alguna cosa que va funcionar malament en el seu moment.

És complicadillu, nena!!!

Un petó germana gran, jejejeje

6/11/06 11:10  

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