EL MASAJE

Hoy tengo mejor día que ayer. Salí del centro de estética medio dormida porque me dieron un masaje facial... es que no tengo palabras para describirlo. Eso es lo mejor que hay para relajarte, porque te tocan unos puntos de la cabeza y de la cara, que sólo por tocarte ahí notas como te da sueño y como te vas relajando. Ayer es que además de mi estado de ánimo por el suelo que luego subí un poco, llevaba tres cafés en el cuerpo. Yo normalmente me tomo dos cafés por la mañana, pero ayer me encontré con una amiga cuando iba a hacer un recado del trabajo y me dijo: "Te invito a un café". Y claro, a caballo regalado no le mires el dentado. Pues ese café me sentó como un tiro. Comí porque sabía que era la única manera de que se me pasara el malestar, pero tenía el estómago... fatal. Por eso me sentó tan bien el masaje.

Lo malo es que quería ir a ver a mi abuela y cuando llegué a su casa me senté en el sofá y me costaba mantener los ojos abiertos. Pero me sentó muy bien su compañía y la de mi abuelo, porque como siempre, con cualquier cosa que sale en la tele se les ocurren mil historias, y a mí me encanta que me cuenten cosas. Es como volver al tiempo en el que me dormía en sus brazos mientras me contaba cuentos y yo me dormía tranquila porque ella me protegía y me envolvía los pies en su camisón para que no sintiera frío.