jueves, mayo 25, 2006

EL TIEMPO VUELA

Hoy hace un año que se fue una persona muy importante en mi vida. Tengo muchos recuerdos suyos, muchísimos, unos buenos, muy buenos, y otros malos, muy malos. Le recuerdo como alguien orgulloso, autoritario y tozudo. La verdad es que hizo mucho daño a mi familia, por su mala cabeza y también ayudado porque no tenía al lado a una mujer que le guiara por el buen camino. Estoy hablando de mi abuelo.
La verdad es que a pesar de eso, de esos momentos malos que han afectado tanto a mi familia, yo le recuerdo con cariño. Recuerdo cuando era pequeña y me decía cola de caballo, porque tenía el pelo muy largo y mi madre me lo recogía en una coleta. Pero hay un momento que recuerdo especialmente. Hubo un día que nos quedamos sin gasolina y venía él con nosotros. Yo tendría unos tres añitos, pero lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Yo tenía la común manía que tienen casi todos los niños de explorar el misterioso y oscuro mundo de mis fosas nasales. Vamos, que me metía el dedo en la nariz. Cuando me vio, sonrió y me dijo: "Si sigues haciendo eso se te va a poner la nariz tan fea como la mía". Dios! Realmente tenía una nariz fea! Desde ese día no volví a meterme el dedo en la nariz. Hasta que hace poco me operaron del tabique nasal. Entonces sí tuve que hurgar muchas veces en mi nariz para... bueno, mejor no doy detalles porque es desagradable. El caso es que cada vez que lo hacía me acordaba de él. Lo mío es de película de risa/miedo. Algo así como Scary Movie, pero es lo que hay.
Yo soy una persona que suele perdonarlo casi todo. Lo único que no soporto es la mentira. No pensé en su momento que le perdonaría todo el daño que nos hizo, pero un día me dio una sorpresa. Él era un hombre muy orgulloso, como he dicho antes, además de los que pensaba que como era el cabeza de familia podía hacer y deshacer como le diera la gana sin necesidad de dar explicaciones. Pero un día se dio cuenta de lo que había hecho e hizo algo sorprendente en una persona de su carácter: se arrepintió y pidió perdón. Pero de verdad, de corazón.
Ese gesto me sirvió para entender muchas cosas. Pero no sólo eso, he aprendido mucho de sus errores también. Y aunque el daño se lo dejó hecho, por lo menos nos quedó el consuelo de que no lo hizo porque no nos quisiera ni nada de eso, lo hizo por error, porque estaba equivocado. Y por eso ahora puedo recordarle con cariño. Todos tenemos derecho a equivocarnos alguna vez, o dos o tres. Así que, ya que le dí una oportunidad a él y funcionó, voy a darle una oportunidad a mi padre, una más, para que pueda pensar en lo que ha hecho y si quiere rectificar, que rectifique.
He dejado de engañarme, sé que no puedo dejar de quererle, que me va a doler siempre lo que le pase o lo que me pueda hacer. Qué le voy a hacer si soy una tonta sentimental! Aunque a veces me enfade, pero ya veis que en un día se me ha pasado.
Aprenderé de los errores de mi padre igual que aprendí de los del suyo, y procuraré emplearlo para no hacerle daño a las personas que quiero.

2 Comments:

Blogger Willow said...

Es muy noble lo que dices, y es muy noble el gesto de tu abuelo de arrepentirse y pedir perdón, eso denota que con sus errores incluidos era una buena persona.

Bss

26/5/06 12:12  
Anonymous Anónimo said...

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