REFEXIONES DEL FIN DE SEMANA
Necesito un cambio. Ya estoy harta de no disfrutar mi tiempo. He estado todo el fin de semana metida en mi casa o en la de mis amigos. Y no es que no esté bien en un sitio o en el otro, pero es que ahora que ya hace buen tiempo... qué hacemos metidos en casa como los abuelos? Ni eso, porque mis abuelos salen más que yo. Por lo menos pasean.
Hay algunos que se van de baile, o al bingo (aquí se juega con garbanzos), o hacen clases de ganchillo, yo qué sé! Hacen algo. Yo no hago nada. Necesito que me dé el aire de vez en cuando, porque si no voy a acabar mal.
Así que he decidido que esta semana cuando llegue a casa del trabajo voy a hacer todo lo que pueda para que el fin de semana lo tenga libre y me pueda ir a pasear a la playa o por las ramblas de Barcelona, o por mi pueblo, que también es muy bonito. Salir en bici, patinar, ir a nadar a la piscina...
Es que me siento atrapada en la monotonía, en la rutina, y no hay más remedio que remediarlo (esta es una de mis frases célebres), porque es muy pronto para caer en eso. Nada más de pensarlo ya me siento mejor.
Es que a veces nos empeñamos en algo que no nos da ningún fruto ni ningún placer. Y nos quejamos de no tener dinero para salir de viaje o para hacer las cosas que nos gustan que valen dinero. Pero nos olvidamos muchas veces de hacer las cosas cotidianas que también nos ofrecen mucho y no cuestan nada, incluso el dar un beso o un abrazo o decirle a alguien que quieres cuánto le quieres. Ayer me di cuenta de eso. Me di cuenta de que nunca le digo a mi padre que le quiero. La otra noche soñé que se moría. Menuda nochecita pasé. Pero me sirvió de mucho, me sirvió para darme cuenta de que hacía tiempo que no le daba un beso o un abrazo o que no le decía "te quiero". Y es verdad, le quiero muchísimo, así que hoy voy a ir a verle para decírselo, y para darle un abrazo muy fuerte y muchos muchos besos, porque un día, desgraciadamente, ese sueño será realidad y no quiero lamentarme por no haberle dado todo lo que se merece, todo mi cariño.
Hay algunos que se van de baile, o al bingo (aquí se juega con garbanzos), o hacen clases de ganchillo, yo qué sé! Hacen algo. Yo no hago nada. Necesito que me dé el aire de vez en cuando, porque si no voy a acabar mal.
Así que he decidido que esta semana cuando llegue a casa del trabajo voy a hacer todo lo que pueda para que el fin de semana lo tenga libre y me pueda ir a pasear a la playa o por las ramblas de Barcelona, o por mi pueblo, que también es muy bonito. Salir en bici, patinar, ir a nadar a la piscina...
Es que me siento atrapada en la monotonía, en la rutina, y no hay más remedio que remediarlo (esta es una de mis frases célebres), porque es muy pronto para caer en eso. Nada más de pensarlo ya me siento mejor.
Es que a veces nos empeñamos en algo que no nos da ningún fruto ni ningún placer. Y nos quejamos de no tener dinero para salir de viaje o para hacer las cosas que nos gustan que valen dinero. Pero nos olvidamos muchas veces de hacer las cosas cotidianas que también nos ofrecen mucho y no cuestan nada, incluso el dar un beso o un abrazo o decirle a alguien que quieres cuánto le quieres. Ayer me di cuenta de eso. Me di cuenta de que nunca le digo a mi padre que le quiero. La otra noche soñé que se moría. Menuda nochecita pasé. Pero me sirvió de mucho, me sirvió para darme cuenta de que hacía tiempo que no le daba un beso o un abrazo o que no le decía "te quiero". Y es verdad, le quiero muchísimo, así que hoy voy a ir a verle para decírselo, y para darle un abrazo muy fuerte y muchos muchos besos, porque un día, desgraciadamente, ese sueño será realidad y no quiero lamentarme por no haberle dado todo lo que se merece, todo mi cariño.
1 Comments:
Di que si, di que si!
Lo facil que es mostrar cariño, y lo bien que sienta. :)
El mundo es del color del que lo pintes!
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